jueves, 30 de octubre de 2014
Ojala
Te fuiste diciendo que volverías como se le dice a un niño que la magia
existe. Luego descubrí la mentira. Ojalá no me hubiese crecido nunca el
corazón. Ojalá los años no fuesen más que días tachados en el
calendario. ¿Cómo se puede querer a alguien con vistas al pasado? Si me
miran a los ojos te ven, sin saber que eres tú, porque no te conocen. No
soy tan inteligente como para cerrar según que puertas. A veces te
olvido pero no del todo, dejo un trocito de ti para juguetear con
él en momentos como este, cuando han cambiado la hora, anochece más
temprano, yo empiezo a echarte de menos antes. Y no sé salir de aquí. No
sé sacarte sin sentir que además estoy vaciándome de lo más bonito que
podría tener: el haberte querido, el que quizá vuelvas pronto, el que la
poesía eres tú a través de mí. Y eres tan bonita como cruel, como
triste, como un trueno aterrizándote entre las costillas, calcinándote y
acelerando tu respiración, al mismo tiempo.
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