A veces nos escudamos tanto que terminamos presos de nuestra propia coraza, solos detrás de nuestro propio escudo. Y a veces estamos desarmados, sin corazas ni escudos, y nos sentimos muy vulnerables. Y otras veces necesitamos sacarnos esos escudos con los que nos protegemos, .desarmarnos, tirarnos al agua sin salvavidas
No hay comentarios:
Publicar un comentario