Poner buena cara y sonreir

jueves, 16 de agosto de 2012

La ciudad de los sueños.

Y entonces me descubrí mirándome. Allí estaba yo, en pie, justo enfrente del espejo donde siempre te imaginaba.
Entonces tus formas tenían el sentido perfecto, al compás que marcaba el movimiento de los velos que cubrían las ventanas. Como parte de un plan astutamente preparado, te imaginaba siempre con la cantidad justa de luz, la suficiente como para que yo, cual directora de fotografía, pudiese componer el resto.
Me descubrí mirándome y puse el empeño suficiente para descubrirme al detalle. Durante unos minutos centré toda la atención sobre mis ojos, grandes, de tonos melosos, y fue entonces cuando por primera vez, te descubrí en mí. Allí estabas tú, en cada movimiento, en cada parpadeo. Sorprendida decidí continuar con la "auto-exploración" y encada uno de los pasajes de mi cuerpo pude descubrirte, en algunos más escondida que en otros, pero en casi todos estabas bien presente. 
¿ Porqué estaba sucediendo?
¿Porqué prácticamente tú y yo formábamos un solo elemento? ¿Un solo ser?
Quizás te había idealizado tanto que de poquito en poquito me fui componiendo contigo hasta descubrir que estaba completamente echa de pedacitos de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario